En
un sentido estricto, se considera fotografía documental la que constituye
evidencia en relación a la realidad. Es decir, es la documentación fotográfica de
las condiciones y del medio en el que se desenvuelve el hombre, tanto en forma
individual como social. Desde que comenzó a usarse éste estilo de fotografía en
la fotografía de eventos ha dado resultados asombrosos, convirtiéndose en uno
de los estilos predominantes y de mayor éxito en cuanto a la satisfacción de
los clientes.
A
diferencia del reportaje gráfico o fotoperiodismo, en la fotografía documental
se trata de contar una historia. Es muy común mezclar o confundir estos
estilos, ya que el fotoperiodismo se nutre de la fotografía documental y forma
parte de esta. Sin embargo, y a pesar de que compartan la misma técnica, el
estilo documental no está atado a lo circunstancial, a la noticia como
finalidad primaria como si lo es en el reportaje gráfico. Por lo tanto,
constituye una reflexión del fotógrafo, un intento de comprender y,
naturalmente, de mostrar al hombre en sus momentos. Aplicado a un evento
social, la fotografía documental sería una documentación de los acontecimientos
que cuenten la historia de una manera muy natural.
Los
fotógrafos apegados a este estilo fotográfico estarán presentes en todos los
momentos importantes, capturándolo todo, sin tomar fotografías posadas de
ningún tipo ni manipular ninguna de las situaciones. Por lo tanto, el tipo de fotografías
que se obtendrán serán francas y espontáneas.
La
ventaja más importante de este estilo es que las fotografías del evento serán
realmente únicas, ya que no habrá una lista de poses, ni nada por el estilo,
que sea "igual" a la de otros eventos similares. Además, el fotógrafo
no se "siente" ya que un fotógrafo periodista no estará acomodando a
las personas para una u otra pose. Más bien el fotógrafo (o equipo de
fotógrafos) está ahí presente pero sin ser muy notados tomando las fotos que su
instinto le dicta son importantes.
Esto
trae como consecuencia que los protagonistas puedan estar más relajados y a
gusto en el evento, ya que no estarán posando para las fotos. Se pueden entregar
a disfrutar el día de lleno y olvidarse del fotógrafo. Asimismo, las
fotografías tendrán un look mucho más natural y espontáneo porque el fotógrafo
sabrá tomar las fotos cuando todos los sujetos luzcan bien sin tener que, por
fuerza, posarles.
La
principal desventaja es que, al no tener fotos posadas ni planeadas, se está
dejando todo a manos del instinto y pericias del fotógrafo. Un fotógrafo
sensible entenderá que, además de contar la historia de una manera artística y
sin mucha intromisión de su parte, también es importante incluir a todos los
seres importantes dentro de la historia que está contando.
Si
se cuenta con el apoyo de un fotógrafo detallista y atento a las cosas que son
más importantes, tal vez no se necesiten fotos posadas. Si no es así, es
conveniente que se plantee una mezcla entre el estilo tradicional y el
documental.
Por
esta razón es que entrevistar
al fotógrafo es de vital importancia. Mientras más y mejor se
conozca al profesional, mejor será la idea que te dará de su forma de trabajar
y los valores a los cuales sujeta su trabajo. Es importante que se revise su
trabajo previo para obtener una idea clara de qué es lo que se puede esperar.
Existen
algunos mitos sobre este estilo fotográfico, de los cuales hablaremos en otra publicación,
pero la verdad es que es una excelente oportunidad de tener un trabajo
fotográfico único, especial, e irrepetible. Eligiendo un
fotógrafo talentoso y sensible se podrá disfrutar de un registro
completo y emotivo del evento que se desee registrar. Es un estilo a considerar
si se desea un reflejo auténtico de ese gran día y cuando posar no es lo tuyo.
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